Marcahuasi: la meseta mística

En las alturas de la sierra de Lima se encuentra Marcahuasi, un lugar que congrega un gran número de gigantescas  rocas de granito caprichosamente formadas que, junto con la posible presencia de un campo magnético en la zona, lo convierten en uno de los destinos más místicos para quienes gustan de visitar la montaña. 

La ruta se inicia en el óvalo de Santa Anita al promediar las 07:00 horas, desde donde se parte hasta el parque Echenique en Chosica (tres soles en couster y ocho soles en colectivo). En uno de los paradero colindantes se tomará el siguiente vehículo (15 soles de pasaje en promedio) hasta San Pedro de Casta, pueblo en el que se inicia el ascenso. 

Antes de iniciar el trekking (14:00 horas) el visitante deberá registrarse por precaución ante una posible pérdida o accidente en el camino. Asimismo, también es recomendable comer algo y comprar provisiones e incluso leña, aprovechando que los pobladores están bien preparados para atender a los forasteros.

Desde el comienzo la ruta es ascendente, lo cual conllevará a una exigencia que se irá acentuando a medida que se va avanzando. Al promediar la mitad del camino en dos pequeñas tiendas se puede comprar desde choclo con queso hasta hamburguesas, pasando por galletas, más agua mineral, entre otros productos.

Luego de un necesario descanso lo recomendable es no parar hasta una loma extensa que marcará el último ascenso a Marcahuasi. Desde este punto el visitante debe afrontar una prolongada subida hasta llegar a un pequeño portal de piedra que es la señal que el Anfiteatro está a pocos pasos.

A este punto se debe llegar en un promedio de tres a cuatro horas, pudiendo ser más según el ritmo en que se vaya. El Anfiteatro es el lugar ideal para acampar debido a que las grandes rocas que lo rodean protegen en cierta medida del frío que se apodera del lugar en complicidad con la noche.

Para calentarse una fogata en el centro de las carpas será la mejor compañera para una conversación bajo decenas de estrellas que se lucirán en el firmamento. Si se cuenta con linterna un paseo nocturno por los alrededores también es una buena alternativa, pero siempre con el cuidado del caso.

Lo recomendable es no tomar licor (muchos lo hacen) y descansar temprano para levantarse aún de madrugada y, tras unos alimentos que incluyan calorías, retomar el trekking hacia zonas más elevadas (bordean los 4 mil msnm) en búsqueda de hermosas vistas de precipicios, las rocas que emulan formas de animales de diversas partes del mundo (algunas son visibles en el mismo Anfiteatro), del rostro humano, entre otros, hasta una hermosa laguna y la llamada Fortaleza, donde se podrá ver algunos restos arqueológicos preincas.

En el retorno se puede llegar a Lima, pero si el cansancio gana al cuerpo también es posible pernoctar en San Pedro de Casta debido a que cuenta con algunos hoteles. Aunque algunos visitantes  prefieren pasar como mínimo dos noches en Marcahuasi para intentar comprobar si son ciertas las versiones de avistamientos de OVNIS, historias que le dan un matiz especial a este destino. 

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