Laguna Nevería: la dama de la montaña
En las alturas de la sierra
limeña, por encima de los 4500 msnm, reposan las aguas de una plácida laguna que
es vigilada por una cumbre nevada y es antecedida por un jardín invadido por
inquietas vizcachas, características que convierten a Nevería en un destino
altamente recomendable para los amantes del trekking que gustan de fotografiar
a animales en su hábitat y están mirando ya de cerca un destino que incluya
nevados.
La ruta a la laguna tiene como vía principal
la carretera Central, partiendo desde el óvalo Santa Anita hasta llegar a San
Mateo (pasando por Chosica y Matucana). En este lugar se tiene varios lugares
de descanso, desde hoteles que cobran entre 20 y 40 soles hasta el albergue
municipal que tiene como costo por cama cinco soles.
Tras el descanso respectivo se
recomienda retomar la ruta a las 06:00 horas para estar en la localidad de
Chica unos 40 minutos después luego de un breve desayuno. Para iniciar el ascenso se debe buscar la
entrada que está justo al lado de las vías del tren, atrás de las casas del
lugar. El camino desde el comienzo es ascendente pero tiene algunos puntos que
en cierta forman indican posibles paradas, tales como una roca donde está
pintada el rostro de Cristo, una cabaña y una pequeña pampa que tiene dos
pequeñas torres hechas con piedras.
Es en este último punto donde se
debe seguir hacia el lado izquierdo hasta llegar a una vaquería, lugar desde
donde se inicia el ascenso más exigente. Se debe seguir el sendero cubierto por
desperdigados arbustos hasta llegar a la cima, desde donde es posible apreciar
la cumbre nevada que tiene a sus pies a Nevería.
Para llegar el resto del camino
es horizontal en su primer tramo con sectores angostos y resbaladizos, por lo
que se debe tener cuidado. Luego un pequeño descenso de piedras movedizas
conllevará a un jardín donde es posible ver hasta una decena de vizcachas
corriendo de un lugar a otro. Tras pasarlo un último pero pequeño ascenso
pondrá al visitante ante Nevería, una laguna que transmite tranquilidad, una verdadera dama de
la montaña.
A buen ritmo el ascenso debe ser en un promedio de tres horas, por lo que no es necesario acampar, tanto la ida y la vuelta se puede cubrir en un solo día. Al volver el visitante incluso puede seguir hasta Lima sin problemas, claro está, si el tiempo se lo permite puede realizar una prolongada estancia en San Mateo, Matucana o Chosica.
A buen ritmo el ascenso debe ser en un promedio de tres horas, por lo que no es necesario acampar, tanto la ida y la vuelta se puede cubrir en un solo día. Al volver el visitante incluso puede seguir hasta Lima sin problemas, claro está, si el tiempo se lo permite puede realizar una prolongada estancia en San Mateo, Matucana o Chosica.
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