Cotomarca: la ciudad perdida de los Atavillos
En las alturas de la comunidad campesina de Coto, en la sierra de
Huaral, se encuentran los restos arqueológicos de Cotomarca, perteneciente al reino de los Atavillos. Esta enorme ciudad de piedra se encuentra atrapada aún por la naturaleza y el tiempo,
por lo que el visitante tendrá que hacer las veces de explorador.
Los viajes a Huaral se
han vuelto más rápidos y ligeros. Si bien aún existe la posibilidad de tomar
los buses en Acho o Plaza Norte, una opción también es tomar los colectivos que
por 15 soles (auto) o 12 (minivan) trasladarán al visitante en poco más de una
hora a la Capital de la Agricultura.
Tras llegar a esta ciudad, por la avenida Calle Derecha se
llega al paradero de carros que van a la sierra, desde donde se partirá en las
combis que van a San Juan de Coto, punto de partida a Cotomarca. Estos vehículos
salen el sábado entre las 08:00 y 09:00 horas, posterior a este horario la
opción es contratar un auto que por 120 soles aproximadamente llevará a cuatro
o cinco pasajeros hasta el citado destino.
La recomendación es viajar el sábado por la mañana o tarde,
conocer los alrededores del pueblo y luego descansar para iniciar el ascenso al
promediar las 05:00 de la mañana del domingo, para luego de un promedio de cinco horas de
camino ascendente llegar a la ciudadela, desde donde se tiene una vista impresionante
del valle, es posible divisar el vuelo de un solitario cóndor así como llegar a la cruz San Cristóbal, ubicada en la cima de la montaña.
Cotomarca, como toda ciudadela de los Atavillos, tiene
numerosas viviendas de dos, tres hasta cuatro pisos, torreones a los extremos
de la ciudad, así como edificaciones que podrían fungir de reservorios. Su característica
principal son sus techos hechos de laja de piedra y sus ventanas verticales rectangulares.
Al volver a Coto la opción de retorno a Huaral es la misma,
en la combi que sale a las 15:00 horas (costo promedio de 17 soles) o un auto
contratado previamente. Antes de partir se recomienda consultar a los
pobladores por las festividades del lugar, las cuales se realizan en mayo,
diciembre pero principalmente en agosto, donde el pueblo vive una semana de
fiesta, momento ideal para el retorno de todo visitante.
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