Lomas de Lachay: verde en medio del desierto
En los últimos años las alturas
de Lima han retomado un valor importante debido a que se han convertido, en
cada temporada de otoño – invierno, en la mejor opción cerca de la ciudad para
hacer caminatas en medio de parajes verdes y aire puro. De esta forma lugares
como Amancaes, Paraíso y Lúcumo se hacen cada vez más presentes en las postales
de los residentes limeños, condición auspiciosa que las convierte en dignas
hijas de la que – por su ubicación, extensión y renombre ganado en décadas – es
sin duda la loma más representativa de la capital. Y es que si Huascarán es a
nevados y Misti a volcanes, Lachay es a lomas.
Hay muchas formas de llegar, una de las más
sencillas es a través de las diversas agencias que ofrecen tanto full days como
campamentos dentro de esta área natural protegida por el Sernanp, otras
alternativas son mediante un carro particular o con los buses que van a Huacho
para, previa coordinación con la empresa correspondiente, bajarse en plena
Panamericana para enrumbar por un largo camino que comprende un ascenso
importante hasta el centro de interpretación, por lo que de tomar esta opción
se recomienda llevar bicicleta.
El ingreso tiene un costo módico
que oscila entre los cinco y diez soles, el punto de inicio del recorrido debe
ser (aunque no es obligatorio) el citado centro de interpretación, donde se
podrá ver imágenes de las especies de flora y fauna que se pueden encontrar en
el lugar, así como los mapas de las caminatas que se ofrecen, una corta (de
unos 40 minutos) y otra larga (de unas dos a tres horas).
Además de estacionamiento para
quienes lleguen en auto propio, hay un área de campamento para los que deseen
pasar la noche en la loma, e incluso parillas ya instaladas si se desea hacer
asados u otros platillos propios de un día en el campo.
En el retorno unas posibles
paradas son Chancay o Huaral, para comprar frutas, quesos o vinos antes de
ingresar a Pasamayo, larga y tradicional vía que enlaza al denominado “Norte
chico” con la ciudad de Lima.
Lachay, por ser la madre, es la última loma recomendada en visitar a manera de entrenamiento básico en trekking, para luego dar paso nuevamente a las cataratas, cuya línea por su exigencia debe ser la siguiente: Atankallo (Matucana), Mortero y Palacala (San Gerónimo de Surco).
Lachay, por ser la madre, es la última loma recomendada en visitar a manera de entrenamiento básico en trekking, para luego dar paso nuevamente a las cataratas, cuya línea por su exigencia debe ser la siguiente: Atankallo (Matucana), Mortero y Palacala (San Gerónimo de Surco).
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