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Rajuntay: aventura en la cima de la Cordillera Central

A más de cinco mil metros de altura, en la provincia de Yauli (Junín), se encuentra Rajuntay, la cumbre más alta de la Cordillera Central y – por ende – uno de los destinos del centro del país de mayor exigencia y belleza para los amantes del trekking y la aventura. 

Para llegar se recomienda tomar los servicios de algunas de las agencia turísticas de Lima o Junín, esto permitirá al viajero no solo tener una movilidad que brindará seguridad a la llegada y retiro, sino sobre todo contar con un guía, instrumentos para escalar y atención de primeros auxilios, de ser el caso. 

Si la partida se da desde Lima, se deberá viajar la noche anterior para llegar al punto de inicio de la caminata en la madrugada. Debido al frío, se tendrá que esperar que amanezca para dar empezar con el trekking que tiene como promedio unas cinco horas de duración. 

Los descansos se harán por tramos y se recomienda tomar agua e ingerir frutos secos o chocolate para recuperar energía. En la laguna Pucacocha se hará una parada de mayor tiempo, ya que luego vendrá un ascenso importante que pondrá a prueba la resistencia del caminante. Es en este punto donde el grupo de viaje quizás se divida en dos, tres o cuatro subgrupos. 

A medida que se asciende, la falta de aire se harpa evidente, así como el cansancio en las piernas, e incluso podrías experimentar dolor de cabeza. Por ello, también es recomendable llevar pastillas para mareos o el dolor. Como contraparte, mientras más se avanza, el paisaje que queda a la vista es más hermoso y el ver cuánto se ha avanzado se convierte en un aliciente. 

Cuando se llega a la parte baja de Rajuntay, se tendrá que usar una cuerda para poder ingresar al manto blanco del nevado. Aquí será importante tener fuerza en los brazos y piernas, así como mucha decisión, pues una duda puede provocar un resbalón, una caída y volver a la mala hasta el punto de inicio. Esta parte no es difícil, pero hay que esforzarse. 

Una vez en medio de toda la nieve, se puede ascender un poco más por vía propia, pero siempre con cuidado (por ello es importante tener la vestimenta idónea para este tipo de caminatas). Otras opciones es deslizarse, armas muñecos de nieve y las fotos de rigor. 

El descenso tendrá ingredientes especiales, tales como el cansancio, una ligera lluvia o granizado, rugidos del nevado porque lo abandonas y, si tienes suerte, visos de una posible tormenta. Al llegar al punto donde esperan los carros, es posible comprar alimento y mate de coca en unos puestos colocados para atender a los viajeros. Sin duda, una buena ayuda antes de emprender el retorno.

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